Si por algo destaca esta isla es por su naturaleza , sus rutas de senderismo, su carácter
volcánico y sus impresionantes acantilados que jalonan toda la costa. ¿Como dices? ¿Todavía no conoces Madeira? Te contamos lo mejor a continuación:

Su capital , Funchal es tranquila y de aspecto colonial y tropical. La zona Velha, el casco antiguo de Funchal, es un rincón pintoresco, de casas con puertas coloridas, lleno de pequeños restaurantes y tiendas que, al caer la noche rebosa de ambiente.
Fuerte de Sao Tiago es una de las tres fortificaciones de Funchal que sigue en pie. La subida en funicular para ver las vistas de la ciudad y un descenso por las colinas en carros de mimbre conducidos por los famosos carreiros do Monte y la visita al Jardín Botánico.

Fajã dos Padres se encuentra al sur de Madeira muy cerca del acantilado saliente de Cabo Girão, el cabo más alto de Europa con una playa negra de piedras volcánicas a los pies de una enorme pendiente vertical impresionante con acantilados volcánicos espectaculares Para llegar sólo existen dos opciones: bote o teleférico. La vista de este lugar desde el mar es imponente.
Aquí se cultivan frutas tropicales, todo ello hace de este sitio rincón volcánico tropical muy singular.

Cabo Girão es un elevado acantilado situado en la zona sur de la isla. Es un acantilado con una
caida vertical de casi 600 metros de altura, siendo uno de los más altos de Europa. Tiene una plataforma de observación con suelo de vidrio y las puestas de sol desde este lugar son espectaculares

Las levadas forman parte del patrimonio natural de Madeira, es un sistema de canales de riego construidos en el siglo XVI que llevaban el agua del norte al sur de la isla de Madeira, porque en las montañas del norte llovía mucho más que el sur y donde podremos practicar senderismo en muchas de ellas que nos llevarán por bosques de cuento y cascadas de ensueño.

En la localidad de Santana encontraremos las famosas casas triangulares de dos plantas con tejado de paja y pintadas de blanco, rojo y azul. Habitadas antiguamente por pescadores, muchas han quedado vacías pero abiertas al turismo. Muy cerca de Santana se puede visitar el pequeño pueblo de Faial, conocido principalmente por su piscina natural, su fuerte y cultivos. El entorno geológico que lo rodea es sobrecogedor y logra trasladarte a Brasil con una simple panorámica. Formaciones volcánicas imposibles se precipitan al mar en caída libre. La piscina natural de Faial es una de las más famosas y cuenta con todo tipo de servicios.

Madeira está llena de espectaculares carreteras de montaña, pero una de las más escénicas
recorre la costa entre Sao Vicente y Port Moniz. Esta ruta sigue los impresionantes acantilados
y profundos valles fluviales de la costa norte, salpicados de pequeños pueblos, por donde el
agua desciende los acantilados hasta el mar

Porto Moniz, enclave turístico y una de las poblaciones más antiguas de la isla. Aquí podrás
practicar submarinismo o surf, caminar entre levadas y bosques de cuento que ofrecen algunas
de las mejores rutas de senderismo de la isla. Y como no, destacar sus piscinas volcánicas.

En las aguas que rodean Madeira pueden encontrarse ballenas, cachalotes y delfines durante
todo el año. Estos últimos se ven con mucha más frecuencia que las ballenas, que suelen
migrar entre mayo y junio y de septiembre a octubre por lo que realizar una excursión es de
obligado cumplimiento.

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