Una ciudad mágica que parece flotar sobre las aguas del extremo norte del Adriático. Un tesoro emblemático y experiencial. Eso es Venecia, la urbe italiana construida sobre 118 islas consolidadas con pilotes de madera, conectadas mediante 400 puentes peatonales y 170 canales navegables.

El encanto de sus calles laberínticas, y de “must-see”s como el Puente Rialto o la plaza de San Marcos (que fascinó hasta al mismísimo Napoleón) hacen de la visita a Venecia algo obligatorio una vez en la vida.

Toda esta magia que ofrece la ciudad, como es de esperar, atrae a una cantidad enorme de turistas anualmente, y esta semana santa no será una excepción. ¿Te gustaría conocer monumentos y lugares únicos donde poder escapar de la multitud para disfrutar de la ciudad de otra forma? A continuación, te presentamos unas fantásticas propuestas:

San Giorgio Maggiore

A simple vista puede parecer que solo se trata de una de las islas de Venecia, pero esconde algo único que no podrás encontrar en ninguna de las otras: la basílica de San Giorgio Maggiore. Una edificación del siglo XVI que cuenta con un campanario de una altura similar a la de San Marco. Con la evidente ventaja de ser mucho más barata de visitar ¡Y sin apenas hacer cola! Sin duda merece la pena subir, y apreciar la increíble vista panorámica de toda la ciudad que proporciona.

Mercado de Rialto

¿Qué sería de una ciudad como Venecia sin un buen mercado? Integrado por dos secciones (pescaría y herbaria) ofrece una imagen del estilo de vida local de la ciudad, así como la posibilidad de hacerse con el mejor pescado fresco de todo el Adriático.

Palacio Maldito de Ca’ Dario

Un bonito palacio renacentista ubicado a orillas del Gran Canal, que protagoniza una de las historias más escalofriantes de toda la ciudad.  Según se cuenta, desde su año de construcción en 1487 hasta la actualidad, todos sus propietarios han fallecido a causa de muertes inexplicables. Esto ha llevó a los locales a denominarlo El Palacio Maldito. ¿Te atreverías a visitarlo?

Librería Acqua Alta

El nombre de esta librería le viene del famoso fenómeno que sufre la ciudad con la subida de las mareas entre el otoño y la primavera. Las inundaciones provocadas por ese fenómeno han llevado a esta librería a solucionarlo de una forma muy peculiar: Proteger los libros metiéndolos en bañeras, barcas, y una góndola.

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